Si no cierran la puerta al entrar o salir, nos levantamos como un resorte a cerrarla. ¿Te ocurre también a ti? Descubre los motivos psicológicos (esos inconscientes que nos pasan desapercibidos).
Temor a la intrusión. Puede revelar un problema para dejarte llevar. La puerta es una barrera simbólica para protegerte de una ‘amenaza’ externa. Al cerrarla, mantienes apartados tus miedos profundos (no se trata de algo real), como los niños cuando cierran los ojos para hacer desaparecer a los monstruos. Mientras la puerta está cerrada, todo se queda fuera, ningún mal puede entrar; es una medida de protección psicológica.
Necesidad de orden y claridad. La puerta cerrada permite concebir la habitación como una entidad separada. Podemos recorrerla con la mirada, dominar el espacio, asegurarnos de que nuestro universo no se ha alterado por nada; todo está en su sitio, nada está fuera de nuestro control. ¿Qué delata esta necesidad? Cierta desconfianza en los demás, porque no dejamos nada abierto a su intervención, nosotros tenemos que controlarlo todo. También la necesidad de sentarse y disfrutar del orden, la armonía. La casa se vive como un espacio privado en el que reinamos nosotros.
Búsqueda de un caparazón. No se trata de defenderse de los otros, sino de disfrutar de los nuestros en un espacio acotado y acogedor. Es un reflejo ‘inscrito en los genes de la humanidad’: hace frío fuera, así que construimos un caparazón en el que guarecernos y sobrevivir. Dentro de ese caparazón no impera la rigidez, sino el confort, la calidez y sobre todo la seguridad: la puerta cerrada crea espacio de convivencia e intimidad aquí.
Tiene un poder protector. Es muy importante no erigir barreras entre lo que es ‘normal’ o ‘patológico’. Si te sientan bien las ‘puertas cerradas’, no se trata de renunciar a ellas. Esta conducta a menudo se corresponde con la proyección de la angustia interna en nuestro entorno, y en tu caso puede ser reconfortante, agradable o profundamente relajante. De acuerdo, es absurdo en apariencia, pero es obvio que es positivo a la hora de vivir mejor, de sentirnos seguros.
 
	
	 
						 
						 
	
	 
	
	 
	
	