¿Alguna vez has sentido que un perfume te provoca dolor de cabeza? No estás sola. Este fenómeno es más común de lo que podrías imaginar, y no siempre se debe a que la fragancia sea de mala calidad. De hecho, el problema radica en cómo nuestro cuerpo responde a ciertos compuestos químicos presentes en los perfumes. Los perfumes están compuestos por una mezcla de aceites esenciales y otros ingredientes que liberan compuestos orgánicos volátiles (VOCs). Ahora descubriremos por qué algunos aromas nos causan este dolor de cabeza tan típico.
Además de conocer lo que explica el químico Vladimir Sánchez alerta que "si guardas el perfume en la nevera el olor percibido puede ser diferente", su aroma puede provocarnos dolor de cabeza. Son estos compuestos los que se evaporan en el aire y, al ser inhalados, pueden interactuar con nuestro sistema respiratorio y nervioso. Así desencadenan una serie de reacciones que, en algunas personas, pueden resultar en un dolor de cabeza.
Para muchas personas, ciertos ingredientes en los perfumes pueden irritar las mucosas nasales o activar el nervio trigémino, que es responsable de transmitir sensaciones desde la nariz al cerebro. Así lo explican en el estudio de Beautinow. Esta activación puede causar una inflamación en las vías respiratorias y, en consecuencia, dolor de cabeza.
La sobreestimulación sensorial: un factor clave
Además de la irritación física, hay otro factor que puede contribuir al dolor de cabeza inducido por perfumes: la sobreestimulación sensorial. Cuando olemos un aroma fuerte o complejo, nuestro cerebro puede recibir demasiada información a la vez, lo que puede resultar abrumador para algunas personas.

Las fragancias que contienen múltiples notas, como esencias florales, maderas o ámbar, pueden saturar nuestros sentidos. Este exceso de estímulos puede desencadenar síntomas similares a los de una migraña, especialmente en personas que ya son propensas a dolores de cabeza.
Es importante recordar que cada persona tiene un umbral diferente para la tolerancia a los olores. Lo que para unos es un aroma agradable, para otros puede ser un desencadenante de malestar.
Hipersensibilidad a los aromas: un fenómeno común
En algunos casos, la reacción a los perfumes no es una alergia tradicional, sino una sensibilidad química o sensitiva. Esta condición, conocida como osmofobia, es común entre quienes sufren de migrañas o dolores de cabeza recurrentes.

Para estas personas, no solo los perfumes, sino también otros olores fuertes como el humo, los ambientadores o los productos de limpieza, pueden actuar como desencadenantes de un dolor de cabeza. Es una respuesta biológica que no se puede controlar fácilmente.
Así que, si alguna vez te encuentras en una situación en la que un perfume te provoca dolor de cabeza, no te preocupes. No es que la fragancia sea mala, simplemente es que tu nariz no la tolera bien. Conocer tus propios límites y evitar los desencadenantes puede ayudarte a disfrutar de los perfumes sin sufrir molestias.