Rosalía volvió a pasar por 'La Revuelta' y, como siempre, dejó claro por qué es una de las artistas más queridas del momento. Llegó relajada, sonriente y desde el primer instante conectó tanto con el público como con el equipo. Su energía y cercanía se percibían en cada gesto, en cada palabra. Durante la entrevista mostró su lado más divertido y auténtico, hablando de su música y de su día a día como si estuviera charlando con amigas, sin filtros ni poses.
Y no llegó con las manos vacías: la cantante trajo un bizcocho que compartió entre todos los presentes. Repartía cada trozo entre bromas y risas, provocando aplausos y una cercanía que pocas veces podemos ver en artistas de su talla. Ese gesto sencillo hizo que la visita se sintiera aún más cercana y cálida, dejando ver un lado humano de Rosalía, alejado de los escenarios y los focos.
El ambiente en el plató fue relajado, lleno de momentos inesperados y espontáneos. Rosalía participó en sketchs, compartió risas con y convirtió el plató en un salón familiar. Su presencia generó expectación, pero también complicidad inmediata con el público, que no solo la ve sobre el escenario, sino que la siente cercana y cercana de verdad.
Rosalía en 'La Revuelta': confidencias, música y nueva etapa
Rosalía no llegó solo para hablar: presentó su nuevo disco, “LUX”, el cuarto de su carrera, con una propuesta sonora distinta y arriesgada. Su primer single, ‘Berghain’, marca un giro hacia lo orquestal, lo espiritual y lo maximalista. Hace unos días, en una entrevista, explicó que lanzar esta canción era, de alguna manera, su forma de decir que no volvería a hacer algo como Motomami.
Después de semanas de teorías y análisis en redes sociales, la artista desveló que el nombre ‘Berghain’ es una metáfora de “una arboleda de montaña”, un espacio de pensamientos y laberintos internos. Esa idea conecta con su visión del disco como un todo que se disfruta de principio a fin, no solo canción por canción. Como ella misma apunta: “aunque cada uno que se lo goce como quiera”.

La espiritualidad también atraviesa la obra de Rosalía. Ha hablado abiertamente de su relación con la divinidad, del vacío que lo material no puede llenar y de cómo esa búsqueda alimenta su música. Este trasfondo aporta una nueva dimensión a la visita: no era solo promoción, sino una ventana a su proceso creativo y a la reflexión artística que guía “LUX”.
Además, hace unos días supimos que Rosalía (33) tiene un plato favorito y no es la fabada asturiana ni el gazpacho: la receta de África Occidental que toma siempre que puede, un detalle que recuerda su lado más humano. Aunque no lo mencionó en 'La Revuelta', conocer estas curiosidades hace que el público se sienta aún más cerca de ella. La artista combina el glamour con la sencillez, y eso se nota en cada gesto y en cada palabra.
La inspiración detrás de LUX
Rosalía explicó cómo cada canción del disco tiene un hilo conductor que invita a escucharlo completo. Su objetivo fue crear una experiencia que no se quede en singles aislados. Quería que la gente lo viviera de principio a fin, sumergida en el sonido y la narrativa de LUX.
Habló también de la inspiración espiritual que atraviesa el álbum. Según contó, muchas composiciones nacieron de reflexiones sobre el tiempo, la naturaleza y la energía que sentimos en los momentos importantes de la vida. La cantante buscó transmitir emociones profundas sin perder la ligereza que caracteriza su estilo.

Además, compartió cómo el detalle de cada tema fue pensado con cuidado: la estructura, los silencios y los coros no son casuales. Cada elemento está conectado, formando un recorrido emocional que invita a descubrir matices en cada escucha. Rosalía busca que quien se acerque al disco perciba tanto la intensidad como la delicadeza de su propuesta.
Detalles que cuentan y llegada de estrellas
Desde el inicio del programa, Rosalía fue recibida como una auténtica estrella. El plató de La Revuelta arrancó con un sketch que recreaba una junta de vecinos ficticia, con personajes como Pedro Almodóvar, Estopa, Carmen Machi y Alexia Putellas. Esa bienvenida no solo aportó humor, sino que subrayó el carácter de “evento” que tuvo su visita.
El bizcocho que compartió con la audiencia se convirtió en un símbolo de su cercanía. No era un gesto promocional: era conexión real con los presentes, que la vieron reír, interactuar y mostrarse sin barreras. En un momento casi espontáneo, incluso se retó al pulso con David Broncano, generando un ambiente divertido, ligero y auténtico.
Antes de despedirse, Rosalía cerró con una frase que lo dijo todo: “Nunca he estado en un programa tan a gusto”. Esa confesión puso el broche perfecto a la visita, mostrando que, más allá del brillo, hubo comodidad, diversión y verdad. El impacto fue inmediato: su presencia llevó al programa a alcanzar su récord histórico de audiencia.
El programa sigue siendo un espacio donde los invitados pueden mostrarse relajados y sinceros. Ya vimos hace unas semanas que Can Yaman se prepara para su primera serie en español y sorprende en ‘La Revuelta’ con confesiones inesperadas. Un ejemplo de cómo el plató permite que todos disfruten y se sientan cómodos.