Los mejillones son un ingrediente versátil y delicioso que se puede disfrutar de muchas maneras. Hoy te traemos una receta que combina la jugosidad de este marisco con el sabor intenso del queso parmesano, creando un entrante que no dejará indiferente a nadie. Esta receta es de mejillones gratinados con un toque umami de parmesano. Es perfecta para una cena especial de Navidad. También de un almuerzo de fin de semana, y lo mejor de todo es que es muy fácil y muy económica de preparar.
Además de probar la lasaña que hacen los noruegos de salmón y una jugosa salsa que mezcla tomate y bechamel, prueba esta versión de mejillones. Para comenzar, es importante elegir mejillones frescos, asegurándote de que estén bien cerrados. Esto garantiza que estén en su mejor estado para cocinar. Una vez seleccionados, es hora de limpiar bien los mejillones, retirando las barbas y lavándolos bajo el grifo para eliminar cualquier impureza.
El siguiente paso es abrir los mejillones. Puedes hacerlo al vapor o usando un cuchillo afilado para abrirlos cuidadosamente. Una vez abiertos, retira una de las conchas y coloca los mejillones en una bandeja de horno.
Preparación del gratinado perfecto para los mejillones
La clave de esta receta está en el gratinado. Para prepararlo, mezcla en un bol pan rallado, queso parmesano rallado, un poco de ralladura de limón, ajo picado y perejil. Esta mezcla le dará a los mejillones un toque crujiente y lleno de sabor. No olvides añadir un poco del líquido que sueltan los mejillones al cocerlos, ya que esto ayudará a que el gratinado se adhiera bien.
Con la mezcla lista, cubre cada mejillón con una porción generosa, presionando ligeramente para que quede bien adherida. Precalienta el horno a 200°C y coloca la bandeja en la parte media. Deja que los mejillones se cocinen durante unos 10 minutos. Esta receta es similar a la de los mejillones tigre, aunque más ligeros. Mientras que los gratinados solo llevan un toque crujiente, los tigre son una mezcla de bechamel con ingredientes que hacen un bocado más pesado.
Para finalizar, activa la función de gratinado en tu horno y sube la bandeja a la parte superior. Deja que se doren durante unos 3-4 minutos adicionales, vigilando que no se quemen. El resultado debe ser una capa dorada y crujiente sobre cada mejillón. Si te gusta mucho el queso, cuando los saques para servir, puedes volver a añadir parmesano, rayándolo en la propia mesa para tener una experiencia más gourmet.
Servir y disfrutar de un bocado de marisco
Una vez listos, sirve los mejillones gratinados inmediatamente. Puedes acompañarlos con unos gajos de limón para que cada comensal pueda añadir un toque cítrico si lo desea. Este plato se complementa a la perfección con una ensalada fresca o unas patatas fritas, convirtiéndose en un aperitivo o entrante ideal para cualquier ocasión.
Invita a tus amigos y familiares a disfrutar de esta delicia marina y sorpréndelos con una receta que, aunque sencilla, está llena de sabor y textura. ¡Buen provecho!
